Quién no se ha peleado alguna vez en su trayectoria matemática, y no matemática pues estas primeras cuestiones las tratábamos en el colegio, con la divisibilidad entre números, el máximo común divisor y el mínimo común múltiplo, el algoritmo de Euclides, las famosas congruencias, y un largo etcétera. Gracias a esta rama de la matemática, la teoría de los números, podemos estudiar propiedades de las funciones de Möbius, la función phi Euler y cómo no los números de Fiboncacci.
Ayer 24 de marzo, se concedió el premio Abel a John Torrence Tate con 85 años gracias a su línea de investigación en la teoría algebraica de números y de la geometría artimética. Soñemos un poco... quizás no en alcanzar un Abel (o sí), quizás en aportar nuestro granito de arena a este mundo científico y muchas veces tan difícil.
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